2020 y la Vida que debe madurar sin perder la inocencia del amor

2020 y la Vida que debe madurar sin perder la inocencia del amor
Que este año lleguemos sanos y salvos al año que viene

viernes, 16 de abril de 2010

3 DE SEPTIEMBRE




3 de septiembre

Como era previsible, se había vaciado -tan caro lugar común- ante la página en blanco. Su pretensión de escribir un diario impersonal había dado vueltas tantos días, girado, picándole cual avispa celosa, que ahora lo que debía ser en realidad un listado de sucesos que le habían ocurrido a “ella” -¿o no, esto no debía ser un simple listado?- le resultaba duro de cumplir (Una mirada atrás: rasgos y reflexiones para decidir qué es un weblog).

Se propuso empezar por el día de ayer entonces, ya que el de hoy acababa de comenzar -eran las diez de la mañana de un domingo, muy gris por lo demás (El Clima).
Pero tampoco daba con el tono justo para conmemorar la jornada de ayer. Sí, pasó la mañana hablando con el autor de un libro que ella debía editar (Las Ferias del Libro en la Historia). Una buena charla (Teocrito), extrañamente serena y productiva -recuerdo esa mañana, el autor era Germinal Nougués, con una imponente antología sobre el tango. Germinal murió sin ver su libro publicado. Aunque seguramente la productividad había trascendido su conciencia, se había instalado en su inconsciente, quizá para ayudarla en su nueva tarea de editora, porque ahora ni siquiera eso podía recordar. Extrañamente, ahora las recuerdo. Sí algunas palabras que había dicho, cuando, con el autor, hacían paréntesis entre las correcciones y aclaraciones del libro y hablaban “de la vida”. (La Vida).

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