2020 y la Vida que debe madurar sin perder la inocencia del amor

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Que este año lleguemos sanos y salvos al año que viene

sábado, 24 de julio de 2010

Zapatos rrrrrraros

HISTORIA DEL CALZADO

Existen evidencias que nos enseñan que la historia del zapato comienza a partir del año 10.000 a.C., o sea, al final del periodo paleolítico (pinturas de esta época en cuevas de España y sur de Francia, hacen referencia al calzado) . Entre los utensilios de piedra de los hombres de las cuevas, existen diversas de estas que servían para raspar las pieles, lo que indica que el arte de curtir el cuero es muy antiguo. En los hipogeos (cámaras subterráneas utilizadas para entierros múltiples) egipcios, que tiene la edad entre 6 y 7 mil años, fueron descubiertas pinturas que representaban los diversos estados de la preparación del cuero y de los calzados. En los países fríos, el mocasín es el protector de los pies y en los países más calientes, la sandalia aún es la más utilizada. Las sandalias de los egipcios eran hechas de paja, papiro o entonces de fibra de palmera.


  La padronización de la numeración era de origen inglesa. El rey Eduardo (1272 –1307) fue quien uniformizó las medidas. La primera referencia conocida de la manufactura del calzado en Inglaterra es de 1642, cuando Thomas Penddlton proyectó 4000 pares de zapatos y 600 pares de botas para el ejército. Los movimientos militares de esta época iniciaron una demanda sustancial de botas y calzados. A mediados del siglo XIX comienzan a aparecer las máquinas para auxiliar en la confección de los calzados, pero solamente la máquina de costura pasó a ser más accesible. 


En Mesopotamia eran comunes los zapatos de cuero crudo, amarrados a los pies por tiras del mismo material. Los coturnos eran símbolos de alta posición social.
Los Griegos llegaron
a lanzar moda como la de modelos diferentes para el pie izquierdo y derecho.
En Roma el calzado indicaba la clase social y, los cónsules por ejemplo usaban zapatos blancos, los senadores zapatos marrones prendidos por cuatro cintas negras de cuero atadas con dos nudos, y el calzado tradicional de las legiones eran los botines que descubrían los dedos.

  En la edad media, tanto los hombres como las mujeres usaban zapatos de cuero abiertos que tenían una forma semejante a las zapatillas. Los hombres también usaban botas altas y bajas amarradas delante y al lado. El material más corriente era la piel de vaca, pero las botas de calidad superior eran hechas de piel de cabra.


Godofredo de Plantagenet calzaba polainas para disimular una excrecencia en la punta del pie.
Carlos VIII usaba tacón de punta cuadrada para cubrir sus pies de seis dedos.
Luis XIV pone de moda el zapato de tacón con el fin de disimular su corta altura.

Pero si en el Medievo eran los monarcas los que marcaban el ritmo de la moda, en el siglo XVIII un acontecimiento será el referente para el zapato: la Revolución Francesa.
Se busca un zapato cómodo. De esta forma el tacón cede su paso al zapato plano, a los escarpines estrechos y a las sandalias de
tiras enlazadas (reminiscencias de la Roma antigua). Con el paulatino desarrollo industrial imperante en el siglo XIX aparecen nuevos modelos y formas de fabricar calzado.

Ya a finales de los años 30 comienza a adquirir fuerza el botín al igual que se crea el cubre zapatos o polaina. Es en esta época cuando aparece un modelo que dejará una huella imborrable: el calzado Oxford.

No cabe duda de que es una época importante para el zapato: gracias a la maquinaria utilizada empieza a hablarse de una industria del calzado y a finales del siglo XIX incluso se da la producción en serie. En esta época, encargar un par de zapatos a un artesano era un signo de distinción social.


El siglo XX será el siglo del zapato femenino. Poco a poco las mujeres se incorporan a la esfera pública debido en parte a que tienen que sustituir en el trabajo a los hombres que marchan a la guerra. Se pone de moda un look andrógino y práctico: vuelve el calzado bajo. Las guerras proliferantes en este siglo hacen que haya escasez de materiales: el cuero es sustituido por otros materiales menos nobles.

Con los años 50 llega el tacón de aguja o stiletto, que vuelve a ser de nuevo alto y sutil, mientras que el zapato bajo llamado “bailarina” se difunde a través de medios masivos como el cine (Audrey Hepburn los calzaba en “Sabrina”.
Será una década más tarde cuando regresen los zapatos altos: mocasines, altas plataformas… y, poco a poco, se va mostrando una tendencia que es la que marca las últimas décadas del siglo XX y el propio presente: variedad, variedad y variedad. Un zapato para cada momento y para cada persona.

¿SABÍAS QUE…?

•El calzado más antiguo que se conoce es un par de sandalias fabricadas con paja trenzada, y que provienen de Egipto.

•En los tiempos biblicos se entregaba una sandalia como un signo de juramento o para cerrar un contrato.

•Las primeras sandalias de cuero y adornos hechos de oro fueron halladas en el baño del faraón Tutankamón.


•Los primeros zapatos vistos en la Europa moderna fueron utilizados en las cortes francesas entre los siglos XIII y XIV. Eran tan incómodos y pesados que originaban fuertes dolores en los tobillos.

•Las babuchas, también conocidas como “pantuflas”, comenzaron a utilizarse en el siglo XII por los moros.

•Las primeras plantillas utilizadas para proteger los pies comenzaron siendo de corcho.

•El tacón apareció a finales del siglo XVI y finales del XVII.


•Antes del siglo XIX ,no habia un zapato izquierdo o derecho. Ambas partes era iguales.

•La primera bota de dama fue diseñada para la Reina Victoria en 1840.

•La Revolución Industrial trae consigo la numeración del calzado.

•Es en el siglo XX cuando se empieza experimentar con nuevos materiales como la goma para las suelas.

•Las primeras zapatillas de goma fueron lanzadas a la venta en 1971.


SUMERIOS

Esta civilización se desarrolló entre el año 3.500 a.C. y el 2.000 a.C. en la región sur de la Mesopotamia. Sus ciudades más importantes fueron Ur, Eridu, Lagash, Uruk, Kish e Nippur. Eran agricultores, pastores, comerciantes y artesanos que, entre otras actividades, desarrollaron el tratamiento del cuero. Curtían las pieles con grasa, alumbre y teñían con tanino, coloreando en negro, blanco y rojo. Fabricaban sandalias, aunque también hay evidencia arqueológica de que no siempre usaban calzado.


HITITAS


Vivieron aproximadamente entre el 2.000 a.C. 1.100 a.C. Habitantes de Anatolia, una región montañosa, se dedicaban al pastoreo. Conocían cómo procesar el cuero y fabricaron un zapato fuerte, necesario en una región escarpada como la que habitaban. Una traducción de un texto hitita se refiere a Telipinu, dios de la agricultura, y a su enojo al calzar inadvertidamente “su pie derecho en la bota izquierda y su pie izquierdo en la bota derecha”.


ASIRIOS

Aprendieron de los sumerios y babilonios conocimientos técnicos sobre el curtido de pies y el tratamiento del cuero y lo perfeccionaron.
Unos 1.100 años a.C. los asirios usaron unas botas de cuero hasta media pantorrilla, sujetas con cordones y con suela provista de un refuerzo metálico. Se sabe que asirios e hititas, unos y otros expertos zapateros, disponían de botas militares con los pies izquierdo y derecho diferenciados. La bota de la infantería asiria tardó mucho en ser adoptada por los soldados griegos y romanos. De pelear descalzos, éstos progresaron hasta adoptar las sandalias con suelas claveteadas, y tanto griegos como romanos sólo se equipaban con botas gruesas para largas travesías a pie. En tiempo frío, estas botas solían estar forradas con pelo y adornadas en su parte superior con la cola o zarpa colgante de algún animal.

CHINA

Por miles de años, las jóvenes mujeres chinas quienes querían verse más hermosas hacían una práctica llamada atadura de pies. Esta práctica comenzó aproximadamente en siglo décimo y terminó en el siglo veinte, pero hasta el día de hoy se habla de ella por lo extraño que es esto para el mundo occidental. Muchos estudiosos aseguran que este doloroso procedimiento lo hacían las mujeres para intentar alcanzar la anhelada belleza.


Esta atadura de pies en principio era hecha en niñas de seis años o más jóvenes que pertenecían a las partes más ricas de China, pero después se convirtió en algo tan popular que sólo las mujeres en las áreas más pobres o aquellas que trabajaban en los campos no podían hacer. La razón era que esos trabajos requerían el buen funcionamiento de los pies y este procedimiento hacía que el simple hecho de caminar fuera difícil.

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