

Zapatero a tus zapatos, dice el viejo dicho para ejemplificar que lo sabio es hacer lo que uno sabe hacer, lo que por supuesto supone respetar el saber hacer del otro.
Un consejo que convendría refrescasen algunos de los protagonistas de este fenómeno del diseño argentino, que por lo visto ahora claman por la existencia de un periodismo de moda olvidando, por lo pronto, que es el periodismo de moda el que los dio a conocer y el que les sigue de cerca los pasos.
Más allá de que la modestia es la madre de todas las virtudes, a estos dueños de la verdad les vendría bien entender que el periodismo es primero periodismo y, sólo luego, de moda, política, economía, salud, espectáculos o lo que sea.
Así, el periodista, cuando lo es, se ocupa de comunicar de la manera más clara y honesta la actualidad en el terreno que le compete. No es su obligación ser una enciclopedia en tal o cual tema, sino tener el criterio suficiente para informarse y saber qué dice y por qué lo dice. Lo demás, incluido el periodismo de moda fashion-victim, que lo hay, es verso o esnobeo, un mal bien argentino, por cierto.


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